Estimado co-inversor,
Finalizamos un trimestre marcado, nuevamente, por el gran impacto que el covid-19 ha tenido en nuestras vidas. Un trimestre en el que, al menos, nos queda la esperanza de que lo peor haya pasado. Desde aquí, me gustaría expresar mis ánimos a todo el que se haya visto afectado y, cómo no, agradecer a todos nuestros partícipes su confianza y paciencia en este difícil entorno.
A nivel de mercados, tras las fuertes caídas de febrero y marzo, las bolsas de todo el mundo tuvieron un fuerte rebote que ha contribuido a reducir las pérdidas acumuladas de este 2020. Nuestras carteras no han sido ajenas a esta recuperación, con Horos Value Internacional anotándose un 16,0% de rentabilidad en el trimestre, en línea con la subida del 16,5% de su índice de referencia, y Horos Value Iberia un 14,1%, por encima del 8,5% de su índice comparable.
Pese a este ascenso de sus valores liquidativos, nuestros fondos se mantienen con potenciales de revalorización cercanos a sus máximos históricos. Somos conscientes de que creerse esos potenciales, implica creer en nuestra forma de hacer las cosas en Horos. Por eso, me parece esencial dedicar la carta de este trimestre a profundizar sobre nuestro trabajo de análisis de empresas. En concreto, estudiaremos el papel de las narrativas en nuestras tesis de inversión y en los potenciales que obtenemos para nuestras carteras.
Seguimos convencidos de que estamos en momentos extraordinarios para invertir en nuestros fondos. No tenemos ninguna bola de cristal. Tampoco controlamos la evolución de nuestras carteras (al menos, en el corto plazo). Lo que sí tenemos claro es que, si el trabajo que estamos realizando es el correcto, estos elevados potenciales terminarán convirtiéndose en rentabilidades satisfactorias y sostenibles en el tiempo.