Estimado co-inversor,
Finalizamos el que posiblemente sea uno de los mejores ejercicios para los gestores que profesamos la filosofía del value investing, gracias (fundamentalmente) a la fuerte recuperación de compañías con negocios de carácter cíclico, muy penalizadas por la comunidad inversora los últimos años. En el caso del equipo de Horos, 2021 posiblemente haya sido nuestro mejor año como profesionales de la inversión. Prueba de ello, aunque siempre anecdótico, es que nuestro fondo Horos Value Iberia ha terminado el primero de su categoría, obteniendo un 26,5% de rentabilidad frente al 12,3% de su índice de referencia. Horos Value Internacional ha cosechado también unos resultados extraordinarios, arrojando en el año una rentabilidad del 37,6% en comparación con el 27,5% de su índice comparable.
Aprovecho, como es costumbre, para actualizar nuestras rentabilidades de más largo plazo. Por un lado, desde el inicio de Horos (21 de mayo de 2018), Horos Value Internacional consigue una rentabilidad del 20,6%, inferior al 60,4% de su índice de referencia, mientras que Horos Value Iberia obtiene una rentabilidad del 10,2%, superior al 1,3% de su índice comparable. Por otro lado, desde 2012, las rentabilidades alcanzarían el 195% en la estrategia internacional y el 176% en la estrategia ibérica, en comparación con un 230% y un 71% de sus índices.
Pese a esta buena evolución de 2021, el nuevo año presenta nuevos desafíos y focos de incertidumbre frente a los que el inversor debe prepararse. Uno de ellos, sin duda alguna, lo encontramos en la crisis energética que están viviendo muchas economías. En esta carta, trataré de explicar por qué se está produciendo y cómo podemos protegernos frente a ella.