En el mundo de la inversión, hay una máxima que suena contraintuitiva pero que los datos y la experiencia respaldan: invertir en momentos de incertidumbre puede ser la mejor decisión para tu patrimonio. Cuando los mercados caen, el miedo nos paraliza, y la tentación de vender es enorme. Sin embargo, la historia de los mercados demuestra que estos son precisamente los periodos en los que se gestan las mayores oportunidades. En este artículo te explicamos por qué apostar por un fondo de inversión bien gestionado en tiempos turbulentos tiene sentido, cómo los sesgos psicológicos influyen en nuestras decisiones, y qué nos enseña nuestra filosofía de inversión para navegar estas tormentas.
El horizonte temporal: por qué la paciencia es esencial para aprovechar los momentos de incertidumbre como inversor
En HOROS decimos frecuentemente el siguiente mantra: no inviertas en renta variable el dinero que puedas necesitar en los próximos 5 años. ¿El motivo? Los mercados son impredecibles a corto plazo, y si te ves forzado a vender en plena caída —justo cuando el pánico es mayor—, las pérdidas pueden ser irreversibles. Nos pasa a menudo: clientes o potenciales inversores nos contactan en busca de soluciones rápidas, y tras analizar su situación, les decimos: “Si tu horizonte temporal es de un par de años, mejor no te plantees invertir en momentos difíciles con nosotros. Esto es una carrera de fondo, de 6, 7 u 8 años”. Se trata de proteger tu dinero, no de arriesgarlo innecesariamente.
Este enfoque choca con un sesgo psicológico muy humano: la aversión a las pérdidas. Sentimos las caídas mucho más que las subidas, y cuando el mercado se hunde un 20%, el instinto nos grita que huyamos. Pero quienes saben invertir en momentos difíciles entienden que esas bajadas son pasajeras si tienes tiempo para esperar. En HOROS, nuestra misión es guiarte para que veas el bosque más allá del árbol. Hace algunas semanas, Javier Ruiz participó en el podcast de Marcos Vázquez (Fitness Revolucionario) y repasó en él varios de los sesgos psicológicos más habituales en inversión.
2020: el ejemplo más reciente
A lo largo de la historia de los mercados ha habido un sinfín de eventos, económicos, políticos, sociales, etc. que han generado una gran volatilidad en los activos de renta variable. El denominador común en la gran mayoría de ellos es que, quien se mantuvo invertido, o aumentó su inversión, en medio de la incertidumbre, obtuvo un gran resultado en un plazo relativamente corto. La razón de ello es que los mercados tienden a sobrerreaccionar en momentos de incertidumbre, tratando de minimizar las pérdidas en el corto plazo. El problema es que los mayores rebotes a menudo se encuentran próximos a los días de mayores caídas. Salirse del mercado, o de buenos activos, eleva las probabilidades de perderse los días de recuperación, asumiendo un alto coste en términos de rentabilidad.
El ejemplo más reciente lo tenemos en la situación de alarma generada por la propagación del coronavirus en la primera parte de 2020. Afortunadamente, y gracias a los esfuerzos realizados para transmitir nuestra filosofía de inversión desde nuestra fundación, en HOROS tuvimos entradas netas de dinero. Muchos de nuestros clientes, confiando en nuestra forma de invertir, decidieron aprovechar los descuentos que el mercado ofrecía aumentando su inversión con nosotros.
De máximos del año (17 de febrero de 2020) a mínimos (18 de marzo de 2020), nuestro fondo internacional cayó un 40%. Este tipo de caídas, de tal magnitud en tan poco tiempo, son excepcionales, aunque probables, en este tipo de activo. Sin embargo, desde el momento más bajo en el año hasta el 31 de diciembre, el fondo subió un 59%, recuperando prácticamente toda la caída (-4,6% de máximos). Los inversores con un horizonte temporal de verdadero largo plazo, pueden aprovecharse del cortoplacismo de otros intervinientes en el mercado para generar excelentes rentabilidades durante los siguientes años. Después de recuperar los niveles anteriores a la pandemia a comienzos de 2021, nuestro fondo internacional ha doblado, prácticamente, su valor liquidativo hasta el día de hoy. Esto demuestra que detrás de cada crisis se suele esconder una gran oportunidad.
Sesgos psicológicos: los obstáculos para invertir en momentos de incertidumbre
El efecto rebaño es otro enemigo silencioso. Cuando todos venden, lo más seguro parece seguirles. Pero la historia nos dice que las grandes rentabilidades se logran yendo contracorriente. Como decía Warren Buffett: “Sé temeroso cuando otros sean codiciosos, y codicioso cuando otros sean temerosos”. En HOROS no adoptamos una actitud contrarian per se, sino que lo hacemos solo cuando detectamos una situación mal comprendida por el mercado con un potencial interesante de revalorización. El mercado tiende a la eficiencia, lo que significa que la mayoría de acciones suelen estar, la mayor parte del tiempo, justamente valoradas. Ocasionalmente, el mercado se excede en el castigo a una compañía, lo que nos parece la situación perfecta para invertir, pero primero tenemos que entender muy bien qué es lo que el mercado está descontando y por qué este estaría equivocado.
Por qué invertir en momentos de incertidumbre es una filosofía ganadora
Invertir en momentos difíciles no es fácil. Exige superar el miedo, controlar los instintos y confiar en un proceso sólido. En HOROS calculamos el valor intrínseco de las empresas, mantenemos la calma en la tempestad y actuamos con decisión cuando otros titubean. Los mercados, anclados en la economía real, siempre se han recuperado de las crisis, y los que saben esperar —o incluso redoblar esfuerzos— en esas correcciones, son los que más han prosperado de toda la comunidad inversora.La próxima vez que el mercado entre en pánico, plantéate: ¿esta vez es diferente o vuelve a ser una oportunidad? HOROS está aquí para ayudarte a responder a esa pregunta y a aprovechar los beneficios de invertir en momentos de incertidumbre.